Felix Arkarazo: "Siempre estaré en deuda con el euskera, pues gracias a él vivo del doblaje y la interpretación"
09-09-2010
Conocemos a Felix Arkarazo (Durango, 1959) por su trabajo como doblador y actor. En Euskal Herria se hizo conocido por su papel de Andoni Murua en Goenkale, pero ha hecho otros trabajos en el cine y el teatro. También ha participado en la iniciativa Durangaldeko Berbalagun.
Ahora vives en Bilbao, aunque seas de Durango, y has estado muy unido al caserío de tus padres. ¿Cómo te has adaptado a una gran ciudad?
La verdad es que al principio no creía que me adaptaría tan bien. Siempre he estado muy unido a Durango y cuando tuve que venir a Bilbao por trabajo no estaba muy seguro de cómo sería mi adaptación. Además, el Bilbao de hace 22 años no era tan atractivo como el de ahora, pero a pesar de todo, me adapté muy bien.
Estudiaste Filología Vasca. ¿Cómo es que empezaste a actuar?
Cuando terminé mis estudios empecé a trabajar como profesor de Formación Profesional. Yo era muy joven, y mis alumnos maryorcitos. Además, eran bastante combativos y me asustó verme para siempre en ese oficio. En aquel momento organizaron unos cursos de doblaje. Cambié, por una parte, por dejar la enseñanza, y por otra, porque me resultaba muy atractivo el mundo del doblaje y la interpretación.
Hiciste el curso de doblaje cuando estaba a punto de crearse ETB1 y empezaste a trabajar allí. ¿Cómo fue la experiencia? ¿No te asustaba empezar en una televisión unicamente en euskera?
Por una parte teníamos un poco de miedo, por lo que saldría de ahí. Pero mientras estuve haciendo el curso me di cuenta de que me encontraba mucho más a gusto que en la enseñanza, y por eso seguí adelante.
Trabajas de doblador desde que empezó ETB1. ¿En qué se basa el trabajo? Y, ¿cuál es su mejor y peor lado?
Las películas extranjeras llegan en versión original, y para pasarlas a euskera se traduce y adapta el texto. Luego se divide el texto en pequeñas partes para poder ensayar una y otra vez. Cuando esto está afianzado se graba, y si resulta creíble, se pasa al próximo fragmento. Así, cuando se termina toda la película se manda a postproducción, para establecer todo el sonido.
Lo mejor del trabajo es la oportunidad de mostrar ante el atril la capacidad de cada uno, pues cuando tu personaje resulta creíble es verdaderamente estimulante y enriquecedor. Y lo peor, que está bastante mal pagado, y aunque en su momento pagaban muy bien, ha bajado mucho; y permanecer durante tantas horas de pie, gritando, llorando, riendo... resulta agotador.
En 1986 fuiste el protagonista de la película Oraingoz izen gabe. ¿Fue duro enfrentarse al peso que supone ser el protagonista?
En aquella película la presión no venía del hecho de ser el protagonista, sino de tener que hacerla en muy pocos días y con muy poco dinero. Era una película de presupuesto reducido, y no teníamos mucho tiempo para la grabación, por eso tuvimos que hacerlo a buen ritmo y con la ayuda de todos.
Dos años más tarde participaste en la película de producción americana A Time of Destiny. ¿Existe mucha diferencia entre las producciones locales y las extranjeras?
¡Cómo no! Se aprecia con muchísima claridad, en aquellas hay mucho dinero para que la película salga lo mejor posible y se cuidan todos los detalles. Sin embargo, en las películas de aquí existe otro punto de vista, siempre existirá la presión de la falta de dinero y no se pueden cometer muchos errores; por otra parte, el ritmo siempre es rápido... En las grandes producciones americanas, por su parte, existe otro tipo de presión, se puede grabar con mayor tranquilidad y los errores también pueden ser mayores.
Desde 1996 te hemos visto en la teleserie Goenkale. ¿Cómo empezaste en ella?
En Goenkale se crearon nuevos personajes y necesitaban actores. Un productor de la serie me conocía de Bilbao y me dijo que hiciera una prueba. Parece que les guste, y desde entonces llevo 14 años en ella.
Al final de la temporada te vimos en grave peligro. En septiembre volverá la serie a las pantallas, ¿puedes adelantarnos algo?
Puedo adelantaros lo que pasará en septiembre, sin problema. Andoni Murua desaparecerá de Arralde, luego, de momento al menos, ha terminado mi trayectoria en Goenkale.
¿Dónde te ves mejor delante o detrás de la cámara?
Me gustan las dos, cada cosa tiene su lado enriquecedor. Además, hasta ahora las he combinado y no quisiera plantearme las cosas de un modo exclusivo. Me dedicaría con gusto a las dos.
Trabajas en una televisión en euskera, pero, en tu opinión, ¿qué lugar ocupa el euskera en la televisión?
En la televisión, el mismo lugar que puede ocupar en cualquier otro medio de comunicación. Si todos nos esforzarnos en hacer del euskera nuestra herramienta cotidiana, influirá en los medios de comunicación. Por tanto, la le lengua ocupará el lugar que nosotros queramos y nosotros le demos.
También has trabajado en teatro, en la obra Victor Bevch. ¿Qué prefieres el cine, la televisión o el teatro?
Sí, la obra que hice de teatro también fue enriquecedora, pues en una misma obra hice el papel de tres personajes distintos. Pero no sabría elegir uno de los tres géneros. La televisión es un reto muy duro, hay muchas cámaras y técnicamente puede resultar muy difícil, pero te enseña mucho. El teatro es muy enriquecedor por la viveza que le proporciona el hecho de tener al público delante. Y en cine, la necesidad de trabajar con cuidado y despacio enseña mucho.
Son diferentes y cada una tienen su cosas buenas y malas. ¿Cuál prefiero? Todos y ninguno.
También has hecho algunos trabajos para la UEU, entre ellos algunas conferencias sobre radio. ¿También has trabajado en la radio?
Nunca he trabajado en la radio, lo que hice entonces fue una especie de curso para locutores. Como siempre he trabajado de doblador ante un micrófono, sugerí una serie de consejos basándome en mi experiencia.
Fuiste el speaker de San Mamés. ¿Cómo fue la experiencia?
Estuve un par de años, pero lo dejé hace cuatro. Daba las alineaciones en el estadio y era un gran compromiso tener que estar presente todos los fines de semana y en Semana Santa. Además, aparte de ése tenía otros compromisos, y cada vez me resultaba más difícil aunar todos. Por eso tuve que dejarlo.
Pero como experiencia fue muy bonita, distinta a todo lo que he hecho. Pero en algunas ocasiones me llevaba disgustos terribles. Es lo que tiene ver el partido en directo: grandes alegrías, pero también grandes disgustos, sobre todo para quienes somos del